La salud es el estado de
completo bienestar físico (biológico), mental (psicológico) y social, y no
solamente la ausencia de infecciones o enfermedades ligeras, fuertes o graves,
según la definición presentada por la Organización Mundial de la Salud en su constitución de 1946. También puede definirse como el nivel de eficacia funcional o metabólica
de un organismo tanto a nivel micro (celular) como a nivel macro (social). En 1992 un investigador amplió la definición de la OMS, al agregar:
"y en armonía con el medio ambiente".
"La salud
es principalmente una medida de la capacidad de cada persona de hacer o de
convertirse en lo que quiere ser."...
René Dubos
Nuestra cuenta bancaria de salud
Según el informe de LaLonde, del
año 1974 realizado en Canadá, sugiere que existen cuatro determinantes generales que influyen en la
salud, a los cuales llamó, “biología
humana”, “ambiente”, “Forma de vida” y “organización
del cuidado de la salud". De esta manera, la salud es mantenida por la ciencia y la
práctica de medicina, pero también por
el esfuerzo propio. Todos somos responsables de nuestra salud.
Podemos
ver nuestra salud como una cuenta bancaria con sus respectivos ingresos y
gastos. Así pues, consideraríamos un ingreso como algo que nos ayuda a tener
más salud y un gasto como cualquier cosa que nos resta bienestar. Todos sabemos
que el fitness, una dieta saludable, dejar de fumar, etc.…son pasos para
mejorar nuestra salud. Por otra parte, no debemos olvidar que nuestro estilo de
vida, que el conjunto de comportamientos o aptitudes que desarrollan las
personas, pueden ser saludables o nocivas para la salud y además podemos encontrar
que es la causa de las enfermedades.
Así pues, los ingresos y los gastos podríamos
dividirlos en 3 grandes aspectos: el físico, el químico y el emocional. El
estrés físico es el causado por caídas, lesiones y/o fracturas, accidentes y
posturas incorrectas. Entenderíamos por estrés químico la comida inadecuada, el
exceso de alcohol, los conservantes, los aditivos, etc.…¡¡Y no nos podemos
olvidar del estrés emocional!! ¿Quién no se encuentra peor tras una situación
angustiosa? O ¿tras un periodo repleto de problemas? Así pues, no debemos
entender un ingreso como el mero hecho de cuidarnos sino englobaríamos todos
aquellos aspectos que nos proporcionan un bienestar, pudiendo ser físico o emocional. Por ejemplo,
quedar con los amigos para tomar un café podría ser un ingreso. Evidentemente,
todos deberíamos adecuar los ingresos y los gastos según el caso.
¿Cómo podemos mejorar nuestra salud?
Siempre
asociamos el estrés como algo negativo en nuestras vidas. Sin embargo, el
estrés nos ayuda a activar nuestro cuerpo y nuestra mente. El problema es
cuando esta situación se alarga en el tiempo o se convierte en algo habitual.
En ocasiones, el cuerpo se queda en ese estado continuo de tensión y entonces,
esta reacción física y positiva del
cuerpo se transforma en un estado nocivo para nosotros. Como hemos comentado en
el apartado anterior, el estrés “negativo” es una potente causa de subluxación.
Es imposible controlar nuestro entorno pero podemos seguir algunos prácticos
consejos que nos ayuden a evitar situaciones estresantes y que nos
desequilibren. Por ejemplo, levantarnos 15 min. antes por las mañanas o llegar
a los sitios con antelación harán que los contratiempos sean menos estresantes.
Relajar las obligaciones con uno mismo, saber decir que no y descolgar el
teléfono son aspectos muy importantes. Hay que ser conscientes de que uno no
posee el tiempo o la energía para todo. Cada unos de nosotros necesita cada día
tiempo para estar tranquilo, para relajarse y estar solo.
Respirar
bien es vital para controlar y liberarnos del estrés que pueda quedarse
acumulado en nuestro cuerpo. La mayoría de las personas, cuando nos sentimos
estresadas, tendemos a respirar poco profundamente. Cuando se respira así, el
aire viciado no es expulsado de los pulmones, la oxigenación de los tejidos es
incompleta, y aumenta la tensión muscular. Debemos comprobar nuestra
respiración durante todo el día, y especialmente antes, durante y después de
situaciones de alta presión. Sería perfecto que todos aprendiéramos técnicas de
respiración.
Visualizar
los eventos y actuaciones importantes disminuirá el estrés cuando llegue el
momento, si hemos imaginado con detalle todo lo que hemos de hacer. Anotar
pensamientos y sentimientos y escribirlos (y después tirarlos) puede ayudarnos
a clarificar cosas y darnos una perspectiva renovada de los mismos. Hacer algo
por los demás relaja y hace que nos sintamos mejor, así como mejorar nuestro
aspecto nos puede ayudar a vernos bien en un día gris. Ser flexibles, evitar
auto etiquetarnos negativamente y delegar responsabilidades son pequeños
consejos que repercutirán en un mayor relax.
Ser positivo
ayuda a mejorar la salud. Y mantenerse en forma, hacer una vida saludable ayuda
a ser positivo. Ambos conceptos están estrechamente relacionados. Algunas
investigaciones realizadas con métodos muy rigurosos en las mejores
universidades de Estados Unidos, Japón y Australia muestran una estrecha correlación
entre longevidad y mentalidad positiva. En la antigua Grecia nada se sabía de
virus y bacterias, pero ya reconocían que la personalidad y sus características
desempeñan un rol fundamental en los orígenes de la enfermedad. Así que es un
círculo que conviene trabajar en beneficio propio. Si somos positivos nuestra salud mejorará.
Pero también
podemos ayudar a que nuestro cerebro piense positivamente si mejoramos nuestra
salud.
Una
nutrición equilibrada es fundamental para mantener una buena salud. Podemos
mirar en la pirámide alimentaria los alimentos para una nutrición
sana y equilibrada. Para una nutrición saludable se deben consumir pocas grasas
y lípidos, muchas frutas y verduras. Los productos de origen animal se deben
consumir de manera regular y los cereales se deben consumir de manera
constante.
Hacer
ejercicio nos ayudará a ser otra persona. Si logramos hacer ejercicio
regularmente habremos ayudado a nuestro cerebro a pensar de forma positiva.
Muchas de las reacciones químicas que tienen lugar en el cerebro y que explican
el actuar positivamente en las personas tienen que ver con las actitudes que se
desarrollan con el ejercicio continuado y con lograr una buena forma física, un
buen riego sanguíneo, etc.… Podéis solicitarnos el folleto de “Los beneficios
del deporte”.
Las horas de
sueño son esenciales para poder cargar pilas. El sueño nos llena de energía
para poder afrontar la jornada. Pero no solo se trata de dormir bien, sino de
tener un sueño reparador. Las consecuencias de no dormir bien pueden ser muy
variadas: estrés, ansiedad, cansancio, somnolencia, poca capacidad para
concentrarse, lentitud de respuesta, falta de reflejos, etc. Siguiendo unos
sencillos consejos podéis enseñar a vuestro cuerpo a cómo dormir bien. Si
queréis más información, tenéis a vuestra disposición el folleto “Dormir bien
para vivir más y mejor”.
No hay que olvidar que la salud es
unos de los derechos humanos más preciados que tenemos.
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