viernes, 21 de octubre de 2011

Cómo desconectar después de la jornada de trabajo

Vivimos tan sumergidos en la rutina diaria que, a menudo, nos olvidamos de que necesitamos un pequeño espacio personal para el relax, para reponer el derroche de energía invertido en el trabajo, los niños, reuniones, organizar las tareas domésticas…

Aquí te aportamos unos consejos para convertir el hogar en un refugio personal, rodearnos de pequeños detalles que nos aporten calidez y tranquilidad, realizar actividades que nos aporten paz y bienestar, en definitiva, consejos para mejorar por dentro y por fuera.

DESCONECTA.

Cuando cierres la puerta de la oficina, cuando salgas de la puerta de tu trabajo, asegúrate de que has dejado allí todos los problemas y las preocupaciones de la jornada laboral. Aprende a separar tu vida laboral de tu vida privada. Es importante tener un espacio para cada actividad y cada persona en la medida de sus posibilidades y conocimiento sabe donde poner el límite. Separar las actividades permite entregarse con intensidad a cada una de ellas, disfrutar plenamente, y sentir unos niveles de confort personal muy satisfactorios.

APRENDE A DECIR “NO”.

Saber decir “no” a tiempo, poner límites, respetar nuestro espacio y nuestro tiempo nos enriquece interiormente. El respeto hacia uno mismo es básico y ayuda a aumentar la autoestima. Tomar conciencia de que no se puede llegar a hacerlo todo (y todo bien), saber seleccionar las actividades y los compromisos, nos ayuda a sentirnos mejor.

VIVE Y SIENTE LA MÚSICA.

Pon música al llegar a casa y llena la atmósfera de sonidos gratificantes para tus sentidos. La clásica invita al relax. La más movida te invita a bailar. Mueve el cuerpo al son de la música, libérate del estrés, ahuyenta el mal humor, siente la libertad del movimiento. Baila solo, con tu pareja, con tus hijos. Diviértete.

LLENA TU CASA DE LUZ CÁLIDA.

Las velas aportan calidez a una estancia, aportan serenidad, quietud, tranquilidad, sosiego. Enciende una vela en tu salón, elige el color, elige el aroma. Ioniza el ambiente encendiendo una lámpara de sal en tu rincón favorito. Crea un oasis de calma para ti y tu familia.

UN BAÑO O DUCHA DE DESCARGA.

Haz de tu baño un balneario particular. Despréndete de los problemas mientras te desprendes de tu ropa. Una ducha o un baño te ayudarán a liberar esas tensiones. Puedes utilizar aceites esenciales, relajantes...

MOMENTOS DE RECOGIMIENTO.

La relajación es una técnica poderosa para eliminar estrés y tensión, y aporta equilibrio físico y psíquico. En tu casa, escoge un lugar tranquilo y acogedor, enciende un incienso y toma conciencia de tu respiración. Prueba también la técnica de la visualización, dibuja mentalmente tu lugar favorito, un lugar tranquilo y agradable.

ELIGE BIEN TU CENA.

Alimenta tu cuerpo y tu mente. Elige cuidadosamente tus alimentos, que sea una dieta equilibrada. Intenta no hacerlo demasiado tarde y recuerda que lo mejor es no cenar en abundancia, tu cuerpo te lo agradecerá. Al principio puede que te cueste, pero es un buen objetivo para el futuro.

BUENOS PENSAMIENTOS.

Valorar el día a día nos hace crecer interiormente. Nuestros pensamientos serán nuestras acciones. Da la bienvenida a la noche con tu lectura favorita, de la mano de tu pareja, disfrutando de una buena película…, pero siempre con pensamientos positivos. Dar gracias por todo lo vivido durante el día, dar gracias a la vida, es una buena manera de finalizar la jornada.

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