jueves, 19 de enero de 2012

El secreto de sentarse bien


Es frecuente que se eche la culpa de los dolores de espalda a la cantidad de horas que se permanece sentado. Cierto que el sedentarismo no es lo mejor para la columna, pero a menudo el problema es cómo se está en la silla.

A cualquier edad, las malas posturas causan fatiga, contracturas dolorosas en los hombros, subluxaciones a nivel de las vértebras dorsales y cervicales, que pueden llegar a causar migrañas e incluso alteraciones en la visión. Adoptar una posición correcta resulta básico durante la infancia y la adolescencia, pues el cuerpo se está desarrollando y hay riesgo de que se produzcan malformaciones en la columna.

Sentarse bien es lo mejor que se puede hacer para aumentar el bienestar.El principal obstáculo es superar la tentación de hacerlo como nos parece más cómodo y sin pensarlo. La posición puede resultar confortable unos minutos, pero poco después se hace insoportable y hay que cambiarla.Si las posturas incorrectas se prolongan mucho las consecuencias para nuestra salud pueden ser nefastas.

En los sofás también se adoptan posturas incorrectas, sobrecargando el sacro y la parte alta de la espalda. Esta posición produce subluxaciones  y a la larga desviaciones vertebrales.

Pero, ¿ cuál es la postura correcta que debemos adoptar al sentarnos?. Estas son las pautas básicas:
. La nuca debe estar relajada y estirada, recordando que la coronilla ha de estar a la mayor altura posible.
. Los hombros tienen que estar relajados y los antebrazos y las manos apoyados sobre la mesa.
. El tronco debe respetar el eje vertical.
. El trasero ha de estar cerca del respaldo.
. Las rodillas tienen una forma de ángulo recto.
. Las plantas de los pies se apoyarán en el suelo por completo.

Al principio la manera correcta de sentarse puede resultar artificiosa, pero con la práctica se automatiza la posición y no cuesta nada sentarse bien. De todos modos, tampoco se puede mantener la postura ideal durante mucho tiempo. Es necesario moverse y cambiar de posición.

martes, 17 de enero de 2012

Un somriure


Un somriure no costa gens, però dóna molt.
Enriqueix qui el rep,
Sense empobrir qui el regala.
Només floreix un instant, però el seu record
de vegades dura per sempre.

Ningú no és tan ric o poderós perquè pugui
prescindir d`un somriure, i ningú no és
tan pobre que no pugui fer-s’hi ric.
Un somriure proporciona felicitat a la llar,
afavoreix el tacte en els negocis, i es
la contrasenya de l’amistat.

Proporciona descans a d’exhaust, estimula
el decaigut, reanima el trist i és
el millor antídot natural per als problemes.
Amb tot, no pot ser comprat, captat, demanat
o robat, ja que és quelcom que no té cap valor
fins que es regala.

Hi ha persones massa cansades
per oferir un somriure.
dóna’ls-en un dels teus, ja que ningú no necessita
tant un somriure com aquell que no té
res més per donar

jueves, 12 de enero de 2012

Efectos secundarios de la aspirina

La lista de los efectos segundarios encontrada en la ficha técnica del ácido acetilsalicílico es larga y parece darse a entender que los posibles efectos adversos son de escasa importancia pero la simple mención de los mismos lo desmiente. Porque son todos estos: 

1. Según el propio prospecto.

-Angioedema (efecto adverso frecuente).
-Dificultad respiratoria (efecto adverso frecuente).
-Dolor abdominal (efecto adverso frecuente).
-Erupciones cutáneas (efecto adverso frecuente).
-Espasmo bronquial paroxístico (efecto adverso frecuente).
-Hemorragia gastrointestinal (efecto adverso frecuente).
-Hipoprotrombinemia (efecto adverso frecuente, según el prospecto, cuando se toma en dosis altas).
-Molestias gastrointestinales (efecto adverso frecuente).
-Náuseas (efecto adverso frecuente).
-Rinitis (efecto adverso frecuente).
-Síndrome de Reye (poco frecuente).
-Trastornos hepáticos (particularmente en pacientes con artritis juvenil. Poco frecuente).
-Úlcera gástrica o duodenal (efecto adverso frecuente)
-Urticaria (efecto adverso frecuente).
-Vértigos (efecto adverso frecuente).
-Vómitos (efecto adverso frecuente).

Además, el propio prospecto de Bayer advierte: “Si se observa la aparición de: Malestar o dolor gástrico, hemorragia gástrica o intestinal o deposiciones negras, trastornos de la piel, tales como erupciones o enrojecimiento, dificultad para respirar, cambio imprevisto de la cantidad o el aspecto de la orina, hinchazón de la cara, de los pies o de las piernas, deje de tomar el medicamento y consulte a su médico inmediatamente ya que pueden indicar la aparición de efectos secundarios que necesitan atención medica urgente.

2. Según la Ficha Técnica de la AGEMED. 
 
A los ya mencionados en el prospecto la Agencia Española del Medicamento (AGEMED) añade los siguientes afectos adversos:
 
-Alteraciones en el sistema nervioso central (tinnitus, pérdida de oído y vértigos)
-Cefalea (con dosis altas)
-Disnea grave
-Hepatitis
-Mareos
-Nefritis intersticial
-Sudoración excesiva (con dosis altas)
 
Además la AGEMED recomienda “precaución en ancianos, sobre todo con insuficiencia renal o que tengan niveles plasmáticos de albúmina reducidos debido al riesgo de una toxicidad elevada” y añade que “debe evitarse la administración de ácido acetilsalicílico antes o después de una extracción dental o intervención quirúrgica”, entre otras precauciones. Por ejemplo, dice textualmente la Ficha Técnica: “Este medicamento deberá administrarse bajo estrecha supervisión médica en caso de hipersensibilidad a otros antiinflamatorios/antirreumáticos, deficiencia de glucosa-6-fosfato deshidrogenasa, urticaria, rinitis e hipertensión arterial”.

3. Según el Nomenclator Español.
 
Por si fuera poco lo dicho hasta ahora el Nomenclator Español incluye otros efectos adversos posibles:
 
-Hepatotoxicidad (poco frecuente).
-Hiperácidez gástrica.
-Hipoglucemia (en casos excepcionales)
-Necrosis tubular aguda con fallo renal (poco frecuente)
-Trombocitopenia secundaria
 
Por otro lado, tanto el prospecto y la Ficha Técnica de AGEMED como los contenidos del Nomenclator hacen una advertencia especial a las embarazadas acerca de la peligrosidad de este fármaco para el feto. De hecho la Agencia Española de Medicamentos afirma que durante el embarazo “sólo debe tomarse tras una estricta evaluación de la relación beneficio-riesgo” ya que se sabe que el ácido acetilsalicílico atraviesa la barrera placentaria y hay estudios epidemiológicos que sugieren “un aumento del riesgo de abortos y malformaciones congénitas (incluyendo malformaciones cardiacas y gastrosquisis)”. Añadiéndose que “su administración en el tercer trimestre puede prolongar el parto y contribuir al sangrado maternal o neonatal y al cierre prematuro del ductus arterial” por lo que su uso durante el tercer trimestre de embarazo está contraindicado. Tampoco se recomienda su uso durante la lactancia porque el ácido acetilsalicílico se excreta a través de la leche materna y puede producir efectos adversos en el niño. Esta información –aunque de forma más reducida y menos explícita- puede leerse en el propio prospecto que se limita a decir: “El consumo de este medicamento durante el primer y segundo trimestre del embarazo puede ser peligroso para el embrión o el feto y debe ser vigilado por su médico. No deberá de tomar este medicamento durante el tercer trimestre de embarazo”. Y, de nuevo, el Nomenclator vuelve a ser el texto más explicito: “El uso crónico con dosis altas de salicilatos durante el tercer trimestre puede prolongar la gestación lo que podría dar lugar a daño o muerte fetal por disminución de la función placentaria y aumentar el riesgo de hemorragia antenatal materna”. A lo que añade: “El uso de salicilatos, especialmente de ácido acetilsalicílico, durante las dos
últimas semanas del embarazo puede aumentar el riesgo de parto con producto muerto o de muerte neonatal”. Y termina diciendo: “El uso de ácido acetilsalicílico sólo se acepta en caso de ausencia de alternativas terapéuticas más seguras”.

A lo dicho hay que añadir que según la propia Bayer y la AGEMED “no se debe administrar Aspirina en casos de:
 
-Antecedentes de hemorragia o perforación gástrica tras el tratamiento con ácido acetilsalicílico u otros antiinflamatorios no esteroideos.
-Asma.
-Enfermedades que cursen con trastornos de la coagulación, principalmente hemofilia o hipoprotrombinemia.
-Insuficiencia renal o hepática grave
-Molestias gástricas de repetición.
-Niños menores de 16 años ya que el uso de ácido acetilsalicílico se ha relacionado con el Síndrome de Reye, enfermedad poco frecuente pero grave.
-Úlcera gastroduodenal activa, crónica o recurrente ”.
 
Fuentes:
Revista Discovery Salud, www.dsalud.com
Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios
(AGEMED) -www.agemed.es-
Nomenclador Español de Medicamentos, www.hipocrates.com
www.aspirina.com

lunes, 9 de enero de 2012

La aspirina

El ácido acetilsalicílico –al que se conoce popularmente como Aspirina, nombre comercial que le dio Bayer, laboratorio para el que trabajaba el químico alemán Felix Hoffman que fue el primero que logró sintetizarlo artificialmente en 1897- es uno de esos fármacos sintéticos de los que la mayoría de las personas tiene una imagen positiva. Digamos que, en general, se le
considera efectivo para paliar diversas molestias – especialmente las producidas por catarros, dolores de cabeza, malestar general, inflamaciones, dolores moderados de muelas, etc.- y con la ventaja de ser prácticamente inocuo. De ahí la sorpresa de quienes se interesan por leer su prospecto hasta el final y descubren con horror la retahíla de efectos adversos, interacciones y contraindicaciones de tan popular medicamento. Por eso, para sacar de esa especie de “limbo indolente” a algunos lectores, hemos recogido–aunque de forma abreviada- la Ficha Técnica de Aspirina así como sus indicaciones, efectos secundarios, interacciones y contraindicaciones tal y como se recogen en la propia web de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AGEMED) -www.agemed.es-, entidad dependiente del Ministerio de Sanidad y Consumo, en el Nomenclator Español de Medicamentos (puede consultarlo en www.hipocrates.com) y en la propia web de Aspirina (www.aspirina.com). 

Así, una vez informado, podrá decidir si merece la pena exponerse a los riesgos reconocidos para obtener un beneficio innecesario ya que en condiciones normales ni el dolor, ni la inflamación ni la fiebre que la aspirina puede aliviar son negativos sino todo lo contrario: son mecanismos curativos del cuerpo. Incluido el dolor, sí, aunque a muchos les sorprenda. Porque el dolor es el mecanismo que tiene el cuerpo para avisar al cerebro de que algo va mal en algún lugar y hacer que éste ponga en marcha los mecanismos necesarios para solucionarlo. Y si esa sensación de dolor se bloquea con fármacos el cerebro puede dejar de recibir la señal del problema y dejar de trabajar sobre él.

La Ficha Técnica de este medicamento respecto a sus propiedades farmacológicas no es muy extensa pero sí permite enterarse de que “el ácido acetilsalicílico pertenece al grupo de fármacos analgésicos antipiréticos y antiinflamatorios no esteroideos (AINE)”. Su efecto analgésico se realiza periféricamente. La Aspirina produce analgesia al actuar a nivel central sobre el hipotálamo y a nivel periférico bloqueando la generación de impulsos dolorosos, mediante el bloqueo de la síntesis de prostaglandinas mediada por la inhibición de la ciclooxigenasa”. En cuanto al efecto antipirético en dicho vademécum se dice que el ácido acetilsalicílico “reduce la temperatura anormalmente elevada al actuar sobre el centro termorregulador del hipotálamo y producir vasodilatación periférica. La vasodilatación aumenta la sudoración y, por tanto, la pérdida de calor”.

Estas “propiedades farmacológicas” son las que justifican las indicaciones terapéuticas del ácido acetilsalicílico: “el alivio sintomático de los dolores ocasionales leves o moderados como dolores de cabeza, dentales, menstruales, musculares (contracturas) o de espalda (lumbalgia) y de los estados febriles”. Más concretamente, en www.aspirina.com puede leerse que este medicamento “actúa bloqueando la transmisión del estímulo doloroso en una acción
analgésica periférica. Gracias a ello Aspirina calma el dolor de intensidad leve y moderada”, actúa bloqueando el proceso que incrementa la temperatura y descendiendo la fiebre a través de la vasodilatación y la sudoración” y que “ejerce su acción antiinflamatoria disminuyendo la respuesta de las células al estímulo inflamatorio disminuyendo la sensibilización de los receptores nerviosos del dolor e inhibiendo la estimulación de las células inflamatorias y la producción de interleucina-, un potente inductor de la inflamación”. Y, en concreto, menciona que “por sus efectos antiinflamatorios el ácido acetilsalicílico es un fármaco especialmente indicado para tratar la fiebre reumática, la artritis reumatoide y la artrosis”. Además, en dicha
web se dice que las “nuevas indicaciones del ácido acetilsalicílico como antiagregante plaquetario son: prevención del IAM (infarto agudo de miocardio) tras haber padecido uno o sufrir angina de pecho y la profilaxis secundaria de Accidente Vascular Cerebral (AVC) de origen isquémico. Una indicación que sin embargo no aparece en el prospecto a pesar de lo cual algunos médicos lo recomiendan para prevenir y/o tratar dolencias cardio y cerebrovasculares como las mencionadas obviando que existen otros productos de origen natural con una acción antiagregante similar y sin sus efectos secundarios.