martes, 15 de noviembre de 2011

Mala suerte o buena suerte?


Una historia china habla de un anciano labrador que tenía un viejo caballo para cultivar sus campos. Un día, el caballo escapó a las montañas. Cuando los vecinos del anciano se acercaron para condolerse de él y lamentar su desgracia, el labrador les replicó: “¿Mala suerte? ¿buena suerte? Quién sabe!

Una semana después el caballo volvió de las montañas trayendo consigo una manada de caballos salvajes. Entonces los vecinos felicitaron al labrador por su buena suerte. Este les respondió: “¿Mala suerte? ¿buena suerte? Quién sabe!

Cuando el hijo del labrador intentó domar uno de aquellos caballos salvajes, cayó y se rompió una pierna y todo el mundo consideró aquello como una desgracia. No así el labrado que se limitó a decir: “¿Mala suerte? ¿buena suerte? Quién sabe!

Unas semanas más tarde, el ejército entró en el poblado y fueron reclutados todos los jóvenes que se encontraban en buenas condiciones. Cuando vieron al hijo del labrador con la pierna rota, le dejaron tranquilo. ¿Había sido buena suerte? ¿Mala suerte? Quién sabe?!

Si adoptamos la actitud del labrador, el rumbo que elijamos será mucho más fácil de seguir y viviremos mucho más felices. La suerte, en cierta forma, podemos crearla nosotros mismos.

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