Continuar
mejorando.
Una vez que
los síntomas han desaparecido, usted se sentirá mejor, y puede hasta pensar que
su recuperación es total. Sin embargo, las investigaciones demuestran que los
ligamentos y los discos, debido a que tienen una afluencia de sangre bastante
baja, se curan muy despacio. El daño muscular debido a las interferencias en el
sistema nervioso han podido causar cicatrices de tejido fibroso y perder su
elasticidad natural. No hay ninguna manera para acelerar la curación de estos
tejidos.
Los cuidados
quiroprácticos ayudan a mejorar el progreso de su curación. Continuar con los
ajustes, acompañado de modificaciones en el tipo de vida le asegurarán una
recuperación mucho más duradera.
Prevenir una
recaída.
Los músculos y
los tejidos dañados debido a un mal funcionamiento de la columna vertebral
muchas veces se adaptan al estrés de un modo muy insano. Incluso cuando los
huesos de la columna han sido corregidos y llevados a una posición y
funcionamiento normal, estos tejidos todavía “recuerdan” esos modos insanos de
adaptación. Sin unos continuos cuidados quiroprácticos estos tejidos están
predispuestos a volver a esas formas inadecuadas de funcionamiento.
Como simple
comparación, piense sobre qué ocurre cuando el dentista le quita el aparato de
los dientes. Aunque los dientes parecen estar perfectos, todavía no se han
estabilizado en su nueva posición. Por este motivo suelen colocar otro aparato
más ligero para mantener el alineamiento. Sin él, los dientes volverían otra
vez a moverse.
De la misma
manera que los dientes han sido corregidos su columna también necesita más
tiempo y cuidados para conseguir resultados duraderos. Los cuidados de
mantenimiento fortalecen su columna, ayudando a fortalecerse asimismo a los
músculos y tejidos, previniendo las recaídas.
Prevenir
futuros problemas.
Muchas
actividades diarias pueden causar estrés en su columna. Incluso golpes muy
suaves pueden provocar un mal funcionamiento de la columna. Preocupaciones,
caídas accidentales, levantamiento de pesos inapropiadamente, toxinas, tensiones
deportivas, o incluso sentarse durante mucho tiempo pueden convertirse en
problemas para la columna que crecen con el tiempo. Y de esta forma todo esto
puede provocar que el cerebro y el sistema nervioso no tengan una buena
comunicación con el resto de las partes del cuerpo, dañando su estado de salud.
Las revisiones quiroprácticas regulares y la fase de mantenimiento consiguen
detectar los pequeños problemas antes de que se conviertan en más serios.
Ahorrar
dinero.
Numerosos
estudios realizados por el gobierno y por agencias privadas han demostrado que
la quiropráctica no solo es más eficaz que los tratamientos médicos
tradicionales, sino que además es menos costoso. Algunos pacientes solo
recurren a la quiropráctica cuando el dolor es insostenible; este acercamiento
“de crisis” muy a menudo cuesta más en tiempo, estrés y en dinero.
La mayoría de
la gente es lo suficientemente inteligente como para saber que cuesta menos estar bien que ponerse bien.
De la misma manera que cambiar el aceite de su coche previene el deterior de su
motor, o lavarse los dientes previene de tener mayores problemas dentales, las
visitas regulares al quiropráctico previenen los problemas de salud y su coste.
La inversión que se hace en nuestra propia salud tiene sentido.
Sentirse
mejor.
Cuando te
encuentras en un buen momento físicamente, también el resto de las cosas
parecen ir mejor: tu trabajo, tus relaciones y especialmente la capacidad para
disfrutar de la vida. Por esta razón, desde el punto de vista quiropráctico se anima
a las personas a acudir regularmente a la consulta con el fin de mantener un
nivel óptimo de salud. La mayoría de los pacientes quiroprácticos dicen tener
mayor nivel de energía y una mejor concentración de la que habían experimentado
nunca.
Basándose en
su experiencia clínica, un quiropráctico le puede recomendar con qué frecuencia
debería acudir a la consulta con el fin de mantener su salud lo mejor posible.
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