Por Jeanne Ohm, D.C.
Cada vez más, los padres quieren que sus hijos estén bajo cuidado
quiropráctico. Muchos de los problemas de espalda que se ven en la edad
adulta empiezan en la niñez. Incluso los métodos de dar a luz llamados
“naturales” pueden estresar la columna y el sistema nervioso en
desarrollo de un bebé. El resultado de la irritación del sistema
nervioso, causada por falta de alineación craneal y espinal, puede ser
la causa de muchos de loa problemas de los recién nacidos. Los cólicos,
problemas respiratorios, problemas en la alimentación, disturbios del
sueño, reacciones alérgicas e infecciones crónicas se deben a menudo al
estrés del sistema nervioso.
Dado que en el parto pueden tener lugar traumas craneales y en la
columna, muchos padres llevan a sus hijos al quiropráctico apenas nacen.
A medida que el bebé crece, éste aprende a sostener la cabeza, a
sentarse, a gatear y a dar sus primeros pasos. Todo esto sucede mientras
su columna se desarrolla. Si hay traumas, la alineación de la columna
se ve afectada. Es, por lo tanto, importante que un quiropráctico
examine a los niños.
A medida que el niño comienza a participar en las actividades
regulares de la infancia, como patinar o montar en bicicleta y sufre
traumas practicando las mismas, pueden tener lugar pequeñas
desalineaciones (subluxaciones). Si no se les presta atención, los
daños que tienen lugar en esta etapa de rápido crecimiento pueden
convertirse en problemas más serios en el futuro. Traumas leves a lo
largo de la infancia afectarán el futuro desarrollo de la columna y
conducirán a un deterioro de las funciones del sistema nervioso.
Cualquier interferencia en el sistema nervioso afectará adversamente la
capacidad del cuerpo de funcionar al máximo.
Los padres normalmente visitan un quiropráctico después que su hijo
ha sufrido algún trauma o golpe. Estos pueden o no ocasionar dolor o
síntomas. Los controles quiroprácticos regulares pueden detectar daños
potenciales para la columna, por lo tanto, pueden corregirse y así se
evitar problemas en la adultez. Una higiene preventiva de la columna es
la clave para una buena salud.
Otra causa por la que los padres llevan a sus hijos al quiropráctico
es a causa de un síntoma o enfermedad en particular. Lo hacen si sus
hijos tienen cólicos, infecciones de oído, asma, alergias y dolores de
cabeza. Han oído que la quiropráctica es efectiva en estos casos.
ES IMPORTANTE ENTENDER QUE EL QUIROPRACTICO NO TRATA ENFERMEDADES .El
profesional examina la columna del niño buscando subluxaciones que
afectan al sistema nervioso e impiden que el cuerpo funcione
correctamente. Los huesos de la columna, es decir las vértebras, alojan y
protegen la médula espinal. Ésta es una extensión del cerebro y lleva
información desde el cerebro a las distintas partes del cuerpo y luego
lleva la respuesta al cerebro otra vez. Las subluxaciones interfieren en
la capacidad de los nervios de transmitir dicha información.
El sistema nervioso controla y coordina la función de todos los
sistemas del cuerpo: circulatorio, respiratorio, digestivo, hormonal,
excretor e inmunológico. Cualquier aspecto de la salud puede
deteriorarse debido a la interferencia en la transmisión nerviosa. El
ajuste quiropráctico restaura la función del sistema nervioso
permitiendo que el cuerpo se exprese al máximo y alcance el bienestar.
El quiropráctico examinará al paciente teniendo en cuenta su historia
clínica y determinará si existen subluxaciones. Los procedimientos a
seguir para ajustar se modifican según sea el tamaño del niño, su peso y
el estado de su columna. Los ajustes son delicados y específicos para
la estructura en desarrollo de la columna del niño. La mayoría de los
padres coinciden en que sus hijos disfrutan de los ajustes y esperan con
entusiasmo acudir otra vez a la consulta del quiropráctico. Los padres
también dicen que los hijos experimentar un grado se salud superior
desde que empiezan el cuidado quiropráctico.
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